Saturday, June 15, 2013

TP III - "La cosa" I

En el primer encuentro con mis compañeras hablamos de que tal vez, en vez de crear una situación interesante/extraña/llamativa/atrapante/onírica desde cero, podría resultar mucho más desafiante desarrollar una escena basada en la realidad, banalidad y cotidianeidad.
Así como si nada empezamos a tirar anécdotas, historias, cosas que nos habían pasado recientemente o no tanto.
Melina, muy espontáneamente, nos cuenta de un episodio que había ocurrido hacía unos días luego de cenar en su casa con sus abuelos.
Aunque teníamos más opciones, las tres nos entusiasmamos mucho con esa idea y tratamos de pensar en cómo recrearíamos eso que había pasado. Cada una se imaginaba en su cabeza una estética distinta, con un clima distinto, y una sensación final distinta.
Finalmente, luego de pensar y organizar, decidimos utilizar la casa de Melina el domingo por la noche. Creamos esta ficción de forma un tanto improvisada, con los elementos disponibles en el momento. Vemos dos viejas amigas que luego de cenar le dan gran importancia a una cuestión sumamente ordinaria: las mandarinas no tienen semillas, pero hay solo un gajo que sí.
Mientras armábamos la puesta en escena en la cocina, los abuelos se disponían a cenar en el otro comedor. Fue un instante que nos miramos y casi corriendo pusimos una de nuestras cámaras frente a ellos, con el mayor disimulo posible. Como todo fue completamente imprevisto, el encuadre no es el mejor y el sonido es muy bajo en parte por la distancia de la cámara.
Nos dimos cuenta que ese material "documental" filmado con una especie de cámara oculta era sumamente valioso. No iba a haber modo de que un par de actores pudiera representar esos diálogos tan genuinos.
Llevamos estas dos opciones a la primera corrección en el taller y Juan nos sugirió mezclar documental con ficción. Apropiarnos de estos hechos reales y manipularlos de modo tal que podamos generar una nueva situación intencionada a partir de ellos.
El paso siguiente es alquilar equipo de sonido y de video más profesional y volver a esconderlo (más adecuadamente) para lograr capturar de nuevo esto que se genera entre los abuelos y con mayor calidad. Planeamos utilizar también nuestras tres cámaras y esconderlas para conseguir distintos planos y capaz buscar algún actor anciano para tener otras tomas más intencionadas.
Contamos con la restricción de que estas cenas tan particulares sólo se producen los sábados y domingos dado que en la semana una empleada les sirve la comida y esto interferiría completamente.
Nos entusiasma mucho el trabajo y creemos que podemos conseguir un muy buen resultado, aunque toda esta planificación minuciosa y la fragilidad del gran ocultamiento resulta bastante intensa.




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