Tras la corrección comprendí que necesitaba entender la lógica, cómo mostrar mis imágenes, dosificar la información. Tenía que ser mucho más cuidadosa a la hora de la selección de imágenes y al determinar cuánto tiempo le iba a otorgar a cada una.
A la hora de encarar el segundo intento audiovisual no conté con material nuevo, por lo cual me dispuse a re ordenar el primer video para poder darle un carácter más interesante e intencionado.
Lo cierto es que sentí que la dificultad era mucho mayor. Hice muchas pruebas sin llegar a un resultado que me convenza. Elegir qué fotos mostrar y por sobre todo cuál antes que la otra, por cuánto tiempo, me resultó una tarea compleja. Quiero lograr una significación mayor a través del soporte audiovisual y todavía no tengo claro el camino.
En este acercamiento trato de proponer un ritmo más neutro y pausado. Elegí modificar el orden casi automático que había realizado la primera vez a otro muy distinto. Comienzo mostrando situaciones poco comprensibles y abstractas del espacio que transcurren lentamente mientras se empieza a percibir el sonido. Luego comienza esta sucesión/juego/confrontación entre la persona y este objeto que es casi otro protagonista, donde se percibe por un lado que se enfrentan y chocan, pero a la vez quise que desde sus formas se relacionen y convivan, y en algún punto sean un espejo del otro. Ambas situaciones que van de la mano culminan en la unión de estos dos personajes. Hacia el final vuelve a aparecer el espacio poco comprensible y el sonido desaparece.
En realidad, puesto así temo que mi video se convierta en una especie de narración argumentativa. Pero el motivo de esta elección, este orden, se debe a la idea de la progresión simple o lineal (comenzando por planos abiertos, menor carga dramática e informativa, más largos - luego planos más cerrados, con más información y carga dramática, más breves - la situación del climax - el descenso).
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